Nuevas pruebas para una enfermedad vieja

Motivada por la experiencia de alguien cercano, la Dra. Samira Bührer diseñó pruebas rápidas de la lepra y las llevó a comunidades de todo Brasil con el apoyo de Merck.

20 de febrero de 2023 | 5 min

Después de trabajar sin descanso durante casi 20 años, por fin habían llegado. Por fuera, parecía una caja cualquiera de las que aparecen en la sala de correo de un departamento. Pero dentro había algo que nadie, ni siquiera los miembros del laboratorio, había visto: pruebas rápidas de lepra listas para usar.

En Brasil, antes de abril de 2022, las pruebas para la detección de la lepra,-ahora denominada enfermedad de Hansen, solo se realizaban en algunas clínicas especializadas. Era difícil someterse a pruebas, diagnósticos y tratamientos, sobre todo en las zonas remotas, donde se encuentran los focos de la enfermedad de Hansen.

Para la Dra. Samira Bührer, investigadora senior de la Universidad Federal de Goiás (Brasil), era difícil comprender la importancia del logro. «Es algo que hice por los demás, pero que acabó llenándome tanto», reflexiona.

La idea partió de su supervisor de doctorado, el Dr. Paul Klatser, que la invitó por primera vez a desarrollar la prueba a finales de los años noventa. En 2018, tras décadas de trabajo para introducir la prueba, Bührer empezó a sentirse bastante segura de la nueva prueba rápida de su equipo para la enfermedad de Hansen, pero sabía que llevar una idea del laboratorio a su comercialización requeriría nuevas colaboraciones. Estaba dispuesta a encontrar un socio industrial, pero aún no había dado con el adecuado.

Y entonces apareció Misael Silva. Como parte de su función en Merck, contacta con clientes académicos en toda América Latina para aprender más acerca de su trabajo y sus puntos débiles, para finalmente ayudar a que los académicos saquen sus investigaciones del laboratorio con el apoyo de socios de la industria. Recordando el primer encuentro, Bührer sonríe, ya que le llenó de esperanza. Silva creía en su misión y estaba decidida a establecer las conexiones adecuadas para impulsar el proyecto.

En ese momento, Bührer contaba ya con una larga, y poco convencional, trayectoria profesional.

No según lo previsto

Cuando se piensa en lo que ha conseguido Bührer, llama la atención que su carrera científica empezara un poco más tarde. En 1989,doce años después de terminar sus estudios universitarios, Bührer empezó a plantearse volver a la universidad para estudiar inmunología aplicada. Durante la década previa se quedó en casa para criar a sus dos hijos, y estaba ansiosa por adquirir nuevas habilidades y volver al mundo laboral.

En la misma época, en Brasil, una persona cercana estaba experimentando síntomas preocupantes, pero a pesar de consultar a varios médicos, la causa seguía siendo esquiva. Sólo cuando aparecieron deformidades irreversibles surgió un diagnóstico adecuado, a pesar de buscar ayuda de varios especialistas.

Por fin tenían una respuesta: era la enfermedad de Hansen.

Esta enfermedad crónica provoca lesiones cutáneas, lesiones nerviosas y deformidades, entre otros síntomas. Es una enfermedad ancestral. Aparece de forma destacada en los relatos bíblicos y hoy sigue afectando a millones de personas en todo el mundo. Cerca del 75 % de todos los casos del mundo se localizan en India, Brasil e Indonesia. En 2022, India notificó más de 100 000 nuevos casos, Brasil unos 20 000 e Indonesia más de 12 000.¹ Recientemente, la Organización Mundial de la Salud ha intensificado su lucha contra la enfermedad de Hansen. El Ministerio de Sanidad de Brasil también ha convertido en una prioridad la reducción de casos y la mejora de los tratamientos.

Por desgracia, la enfermedad sigue estando estigmatizada y muchas personas son reacias a buscar ayuda o atención sanitaria. Aunque un tratamiento farmacológico de 6 a 12 meses puede curar a los pacientes, es importante que haya un tratamiento precoz para evitar discapacidades permanentes y dolor crónico. Hacerse pruebas con regularidad es todo un reto, ya que durante años la única opción para hacerse la prueba significaba desplazarse a una clínica especializada.

Algunos se refieren a la lepra como una enfermedad «olvidada» o «huérfana» debido a su dificultad para recibir el diagnóstico adecuado.

Bührer regresó a la universidad con un propósito renovado: evitar que otros experimentaran sus problemas. Su tesis se centró en el desarrollo, evaluación y aplicación de una prueba que mejorara la eficacia de la detección de enfermedades. «Al terminar mis estudios, Netherlands Leprosy Relief distribuyó 400 ejemplares por todo el mundo», dice.

Socios con un objetivo común

Bührer regresó a Brasil. Finalmente, encontró una sede académica como investigadora en la Universidad Federal de Goiás. Allí continuó su trabajo para encontrar una forma mejor de detectar la lepra.

Misael Silva entró en escena en el momento oportuno. Bührer estaba intentando comercializar la prueba y tenía más preguntas que respuestas. Pero a veces puede resultar difícil encontrar los contactos, materiales y recursos adecuados para llevar a cabo esa transición, especialmente en medio de la pandemia de la COVID-19.

«Hice de traductor, ayudando a la Dra. Bührer a hablar de su trabajo en un entorno industrial, y no estrictamente académico», dice Silva. Silva le ayudó a identificar los materiales que necesitaba para elaborar las pruebas y puso en contacto a Bührer con socios estratégicos para llevar la prueba del laboratorio a la comercialización.

En septiembre de 2021, Merck firmó una alianza estratégica con la Universidad Federal de Goiás para crear el Centro de innovación en tecnologías para el diagnóstico inmediato, destinado a la creación de prototipos de pruebas de diagnóstico rápido y que así se comercialicen antes. Esto incluye las pruebas rápidas para la enfermedad de Hansen y otras. Al reducir el tiempo que transcurre entre el concepto y el lanzamiento al mercado, la asociación pretende ayudar a más pacientes en menos tiempo.

La colaboración con Merck abrió nuevas puertas a la investigación de Bührer. «Si Merck te apoya, otros también creerán en ti». Pasó un año y medio desde que Silva y Bührer se conocieron hasta que las cajas con las pruebas llegaron a su laboratorio. Teniendo en cuenta la escasez mundial de materias primas debido a la gran demanda de pruebas para la COVID-19, ese plazo es notable.

Los kits ya circulan por todo Brasil. Silva está orgulloso de los contactos que consiguió a Bührer, que junto con las materias primas de Merck, ayudaron a llevar las pruebas del mundo académico al público. Se está intentando introducir los kits en la India, otro país afectado por la enfermedad de Hansen.

Para Bührer, es difícil no pensar en cómo su investigación podría repercutir en la vida de las personas que padecen una enfermedad tan desatendida. «Realmente me hace feliz».

Pero su trabajo no termina con este éxito. Su grupo colabora en la creación de mejores diagnósticos para una amplia variedad de enfermedades, entre ellas la listeriosis y, por supuesto, la enfermedad de Hansen. Merck quiere apoyar sus próximos proyectos.

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