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Mejora continua de la química analítica

Precisión, más precisión, precisión máxima

Las pruebas de cubeta se utilizan a diario en los laboratorios analíticos de todo el mundo. Se requiere un esfuerzo enorme para asegurar que los resultados de las mediciones sean precisos.

Son las 6:00 de la mañana. Comienza el primer turno en la planta de llenado para pruebas de cubeta en las instalaciones de la empresa de ciencia y tecnología Merck. Hoy, la empresa está produciendo un prueba de cubeta Supelco® para determinar la demanda química de oxígeno (DQO). En ocho horas, las máquinas llenarán cada una de los varios miles cubetas con exactamente 0,200 mililitros del reactivo para la prueba.

Como encargado de la cadena de producción, Guido Fornoff es responsable de garantizar de que cada cubeta contiene exactamente la cantidad requerida. «Una mínima desviación influye en la precisión de la medición. La precisión es de suma importancia para nosotros», explica Fornoff. Por este motivo, la cantidad de llenado siempre se comprueba con precisión para garantizar su exactitud. Para la prueba de Supelco®, una desviación superior a 0,005 mililitros (es decir 5 microlitros) en cualquier dirección es inaceptable.

Mejora continua de las líneas de producción de alta precisión

En Merck las plantas de producción se optimizan continuamente y se invierte un esfuerzo enorme en la calidad y la precisión. Los científicos no sólo se guían por la pasión que sienten por su profesión, sino también por su profunda curiosidad sobre cuál será la siguiente gran solución.

Veamos un ejemplo: Con el tiempo se acumulan pequeñas burbujas en las mangueras de suministro. Cuando finalmente se desprenden de la manguera, caerá menos cantidad de reactivo en la cubeta. Estas burbujas pueden ser detectadas por un sensor. Si están presentes, la línea de producción se detiene automáticamente para evitar que la cubeta acabe a la venta.

«Por fortuna, esto no sucede muy a menudo. Aun así, ahora estamos probando un nuevo sistema con métodos aún más sofisticados para comprobar el llenado exacto», explica Fornoff. Gracias a este nuevo sistema, en el futuro, las máquinas podrán funcionar sin interrupciones. Solo se procesarán las cubetas que contengan una cantidad de reactivo exacta y todas las demás se retirarán fácilmente sin detener la línea de producción.

El 20 % de los empleados trabaja en el control de calidad.

La determinación de la demanda química de oxígeno (DQO) es una tarea rutinaria que se realiza innumerables veces al día en todo el mundo, por ejemplo, en el campo de los análisis medioambientales. En las plantas de tratamiento de aguas residuales, por ejemplo, este parámetro se utiliza para calcular la cantidad de oxígeno que se necesita en el tanque de aireación. El valor de DQO también es necesario para evaluar la calidad del agua de los lagos y los ríos.

«Es fundamental que los resultados de las mediciones sean correctos», subraya el Dr. Michael Meyer. Como subdirector de la planta, es uno de los responsables de la calidad de los productos Supelco® que se fabrican. «Cerca del 20 % de los empleados del Grupo de producción de Life Science en Darmstadt están en el Departamento de control de calidad y garantía de calidad. No conozco ninguna otra compañía en la que la proporción sea tan elevada», subraya el doctor en química.

El análisis de liberación por lotes implica, entre otras cosas, realizar la prueba de DQO en condiciones reales: se utilizan diferentes muestras de agua para verificar si el análisis está arrojando los valores correctos, y esto se hace con cada lote.

Por lo tanto, no es de extrañar que la sede corporativa de la empresa en Darmstadt haya realizado una gran inversión en el área de producción que dispone de varias plantas de llenado, que incluso han sido certificadas para la producción de materiales de referencia según la norma ISO 17034. Todo ello para ofrecer unos resultados de medición con mayor calidad, precisión y reproducibilidad.

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